Noches duales

Ayer fui a visitar uno de los restaurantes de la ciudad –que para eso de los antros, restaurantes, cantinas y similares si resulta buena-. A pesar de que el restaurante no es nuevo, no había tenido oportunidad de ir. Resultó muy buena elección: buena comida, buen vino, buena música (tenían de fondo a Paganini, después algo que no conocí, más tarde a Vivaldi) y sobre todo, muy buena compañía.

Pedimos una charola de carne frías, la típica de la casa, y resultó ser una maravilla: quesos y jamones diversos, toda una delicia. Claro no podía faltar el pan.

La cena fue otro delicioso placer, pedí un Fettuccini Provenzal: Pasta, pollo, camarón y champiñones, todo ello marinado no sé cómo, pero era un verdadero manjar. Había una única vela en nuestra mesa con algunas más en el lugar, así que la luz era algo mortecina y agradable, sólo rota por algunos flashes ya que mi cámara es automática y no pude desahiblitarlo, por eso las fotos se ven tan claras, aunque en realidad la luz era muy tenue. En ralidad me hubiera gustado que salieran tal cual, pero soy neófito en eso de la fotografía. De cualquier manera hice ésta en sepia de nuestras copas:

Resultó una velada bella, agradable, placentera, redondita…

Y para aquel que esté volando entre nubes rosadas, déjeme decirle que posiblemente lo decepcione un poco, pues, aunque sí fue una noche romántica, también fue muuuy caliente. Después de ahí, nos fuimos a un tugurio de esos donde las chicas bailan hasta desnudarse, por cierto, me resulta curioso que es la tercera vez en toda mi vida que voy a un sitio de esos. Les debo la foto porque ahí no dejan usar la cámara… Estuvimos sólo un rato, claro está que había urgencias que apremiaban más que sólo mirar. Tuvimos que ir a saciarlas. Así que, para los románticos, la recomendación debió haber sido que leyeran sólo hasta el penúltimo párrafo. Para los que, además de románticos, también disfrutan de las buenas acciones, pues, déjenme contarles que la noche terminó con tremenda cogida en casa de esas memorables. No, no es presunción, no me sucede en todas, ésta debió ser inspirada por tan magnífica noche y tan deliciosa compañía.

¡Salud!