ADIÓS

Deambulé sin rumbo en ayuno pernicioso
finalmente hablé y comenzó el martirio
por sorpresa decidiste atacar, -o quizás te envolví-,
y la vida se transformó en una amalgama
con trozos de ti y con trozos de mí
pequeños esbozos de amor envueltos por intenso deseo
estudios vespertinos con tintes de pasión y lujuria
tardes arriesgadas, expuestas, estresantes: divinas

Te recuerdo encerrada en mi mundo absurdo
olvidada de cadenas, de ideas vanas: pensando

Nuestros frenéticos movimientos rendían tributo a la noche
a través de mis cristales parecías mirar con otro enfoque
la luz era distinta, las acciones, los sonidos eran distintos,
mi recorrido –ávido- sobre ti, era distinto
tan distinto fue que nunca lo entendiste…

Después te vi ausente, lejana, harta, liviana
- más ajena que nunca -
y siempre volviste, con dos enormes lunas en el rostro
volviste a ser niña, canción, mujer, poema, amante
pero una vez más huíste
el vacío mundano nos volvió a vencer

Hoy, mi luna extranjera,
puedes extender tu alas al máximo
ni siquiera voltearé a ver tu hemoso vuelo
sólo esperaré en mi vida una ráfaga de viento cálido
que cambie tu rumbo
y si el aire continúa frío, gastaré mis horas en mí.

Te regalo mi cielo, tus ojos, mi canción, tu sonrisa,
mi poesía, tus senos, mi locura, tu esencia, mi mundo, tu vientre…
te regalo tu vida.





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